Tras el golpe militar del 1 de febrero, un enorme movimiento de desobediencia civil impidió que la junta consolidara su control sobre el país. Sin embargo, desplegó de nuevo todo su arsenal represivo para intentar aplastar la disidencia popular.
Tras el golpe militar del 1 de febrero, un enorme movimiento de desobediencia civil impidió que la junta consolidara su control sobre el país. Sin embargo, desplegó de nuevo todo su arsenal represivo para intentar aplastar la disidencia popular.