La aparición en el escenario en 1998 de Zoilamérica Narváez -la hijastra que lo denunció por violación y abuso sexual continuado desde que ella tenía 11 años- marcó una suerte de hito en el deterioro de la reputación de Ortega. Al héroe se le cayó la máscara y desde entonces pareció no importarle demasiado el juicio de la historia...
