Solidaridad – ¡Por la paz, fuera las tropas rusas de toda Ucrania! [Declaración]

Yuri Samoilov, plaza Bellecour, Lyon, 25-2-2023. Photo: Laure

Correspondencia de Prensa, 2-3-2023

A un año de la declaración de guerra total y la invasión de Ucrania por parte de Putin, la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas (RSISL), junto con IP-Iniciativa Obrera de Polonia (Inicjatywa Pracownicza), organizó una gira del sindicalista ucraniano Yuri Samoilov por varios países europeos. 1 Yuri Samoilov es minero, presidente del Sindicato independiente de mineros de Kryvyi Rih, en Ucrania, y coordinador de la Confederación Local de Sindicatos Libres (KVPU), un sindicato independiente y combativo. La RSISL pudo encontrar personalmente a Yuri Samoilov en ocasión de los dos convoyes sindicales de solidaridad con la resistencia ucraniana organizados en mayo y en septiembre de 2022.

El 25 de febrero, Yuri Samoilov tomó la palabra en una concentración de apoyo a Ucrania y de rechazo a la invasión rusa realizada en la plaza principal de la ciudad francesa de Lyon. Luego participó en dos encuentros con militantes de varias organizaciones sindicales durante los cuales fueron analizadas las condiciones de vida y de trabajo en su país, las distintas formas por las que se canaliza la solidaridad entre trabajadores de distintos países, la política liberal y la reforma del código laboral planteada por Zelensky. 2 La gira del dirigente minero ucraniano viene siendo también una oportunidad para crear nuevos vínculos y desarrollar la solidaridad internacional entre trabajadores. (Correspondencia de Prensa, desde Lyon)

Declaración de la Union Syndicale Solidaires, febrero de 2023

Traducción de Correspondencia de Prensa

Hace un año, las tropas de Putin invadieron el territorio ucraniano. Desde entonces, no ha cesado la guerra. Como sindicalistas, estamos profundamente apegados a la paz entre los pueblos. Una paz justa y duradera no puede lograrse respaldando la agresión que dio inicio a la guerra. Para lograr la paz, las tropas rusas deben abandonar el territorio ucraniano. Cualquier otra solución, especialmente la de una paz que reconozca la invasión rusa, equivaldría a validar la agresión militar, la ocupación, el secuestro de niños, las deportaciones de la población…

Como sindicalistas, trabajadores y trabajadoras, nuestro primer paso consistió en averiguar lo que los trabajadores y sindicalistas afectados por la guerra decían, hacían y necesitaban. En Ucrania, pero también en Rusia y en Bielorrusia. Desde hace un año, marcamos nuestra solidaridad con el pueblo bielorruso que se enfrenta a una feroz represión y con los que resisten, desobedecen al régimen de Putin en Rusia. Les transmitimos las reivindicaciones de nuestros compañeros sindicalistas de Ucrania, cuya prioridad es la lucha contra el ejército ruso de ocupación y que, paralelamente, luchan contra las medidas de la patronal y el gobierno ucranianos que aprovechan la situación para aumentar la explotación. Hemos organizado varios convoyes sindicales para aportar ayuda material y financiera y para reunirnos con la población sobre el terreno: en el marco de la Red Internacional de Solidaridad y Lucha Sindical y con la intersindical francesa.

Es fácil imaginar el desequilibrio de fuerzas militares entre Rusia y Ucrania. Pero la resistencia del pueblo ucraniano significa que la victoria relámpago pronosticada por las autoridades rusas no ha tenido lugar. En esta situación, negar al pueblo ucraniano lo que necesita para defenderse es decidir que sea masacrado y subyugado por el ejército de ocupación.

¿Era necesario pedir el desarme del pueblo argelino para poner fin más rápidamente a la guerra de Argelia provocada por la ocupación francesa? ¿Había que impedir el armamento del pueblo vietnamita para poner fin a la guerra de Vietnam provocada por la intervención estadounidense? ¿Hay que exigir, en nombre de la paz, que los pueblos kurdo, palestino o saharaui dejen de luchar contra las agresiones que sufren? No; tampoco en Ucrania deben invertirse los papeles. Un pueblo se defiende contra una agresión imperialista.

¿Los crímenes del imperialismo ruso exoneran a otros imperialismos, empezando por el más poderoso, el de Estados Unidos? Por supuesto que no. Y seguimos apoyando a quienes lo combaten. Lo mismo ocurre con la OTAN. No esperamos a que los «pacifistas» pro-Putin para denunciar la acción de la OTAN desde hace años, participando en manifestaciones por su desmantelamiento y contra sus desmanes en todos los rincones del mundo. Pero como dicen los camaradas ucranianos, «no siempre podemos elegir quién nos ayuda». Que las fuerzas sociales y sindicales apoyen la lucha del pueblo y de los trabajadores de Ucrania con su solidaridad, sus medios militantes y financieros, es lo mejor para garantizar que este apoyo de las grandes potencias y de la OTAN no signifique un precio elevado al final de esta guerra. Con ello seguimos como siempre contribuyendo a reforzar la independencia de los trabajadores y trabajadores en su lucha.

El aumento de los presupuestos militares y la creciente militarización de la sociedad son inaceptables. La proporción de las armas entregadas (y facturadas) a Ucrania es ínfima en los demenciales presupuestos militares. La ayuda a Ucrania no es la causa del ataque al sistema de pensiones, a los hospitales, a los salarios, a las escuelas, etc. sino a los enormes beneficios confiscados por una minoría. Es escandaloso utilizar esto como pretexto para pedirle al pueblo ucraniano que acepte la agresión de Putin. Sí, ¡los presupuestos militares son excesivos y tenemos otras prioridades! Así que combatamos la militarización, la producción y la venta de armas francesas, especialmente a dictaduras como las de Emiratos y Arabia Saudita, utilizadas en una guerra que ha causado miles de muertos en Yemen, y a Egipto, que las ha utilizado contra su propio pueblo… Denunciemos el reclutamiento de jóvenes allí donde estamos: en Francia, y denunciemos la presencia del ejército francés, cada vez más rechazada en África por su ineficacia en la protección de la población y sus prácticas neocoloniales.

¡Apoyo a la resistencia sindical y popular ucraniana!

¡Solidaridad con el pueblo bielorruso reprimido!

¡Apoyo a los hombres y mujeres que desobedecen en Rusia!